En la última década, la digitalización acelerada y la adopción de herramientas en la nube transformaron por completo la forma de trabajar. Sin embargo, fue a partir de 2020, con la pandemia de COVID-19, cuando el teletrabajo pasó de ser una opción a convertirse en una necesidad global. Este cambio masivo trasladó gran parte de las operaciones fuera de las oficinas, incrementando la dependencia de redes domésticas y dispositivos personales.
A lo largo de estos años, los ciberdelincuentes han aprovechado esta nueva realidad, perfeccionando técnicas de phishing, ransomware y ataques de ingeniería social. Según informes internacionales, el volumen y la sofisticación de los incidentes de ciberseguridad han crecido de forma sostenida desde 2021, afectando tanto a grandes corporaciones como a pymes.
Hoy, en 2025, la superficie de ataque es más amplia que nunca, y la primera línea de defensa ya no son solo los firewalls o sistemas de detección, sino las personas que operan la tecnología. Este contexto convierte la capacitación continua del empleado en un pilar estratégico para la resiliencia organizacional.
El teletrabajo amplió la superficie del ciberataque. Por ejemplo,datos de Hiscox revelan que el 96% de empresas españolas sufrieron ataques en 2023, y el 74% cree que el trabajo remoto los facilitó. El 21% de las brechas en 2022 se debió a errores humanos, haciendo indispensable la capacitación del empleado.
La formación en phishing es crucial, ya que el 90% de los ataques exitosos comienzan así. Los trabajadores deben aprender a detectar señales de alerta, usar el método SLAM, y participar en simulaciones para fomentar una cultura de reporte.
Las contraseñas robustas y la Autenticación Multifactor (MFA) son barreras esenciales. La MFA reduce riesgos al requerir una segunda verificación. Los gestores de contraseñas como LastPass o 1Password facilitan esta práctica.
La protección integral incluye políticas de seguridad claras, el uso de VPN para conexiones seguras y el cifrado de datos, que puede reducir el impacto de una brecha en un 75%. Mantener software actualizado y evitar redes Wi-Fi públicas es vital.
Finalmente, la ciberseguridad es una responsabilidad colectiva. Una cultura de seguridad, apoyada por marcos como el NIST CSF 2.0, transforma a los empleados en la primera línea de defensa, convirtiendo la capacitación en una inversión estratégica para la resiliencia organizacional.
Cta:
En Edu Labs ayudamos a empresas, universidades y entidades gubernamentales a fortalecer sus defensas digitales a través de programas de capacitación diseñados para reducir riesgos y fomentar una cultura de ciberseguridad. Desde entrenamientos prácticos en detección de phishing hasta planes integrales de concientización, convertimos a cada usuario en un eslabón fuerte de la cadena de protección.